En el desayuno de esta mañana, junto al cuenco de chocolate a la taza, cada residente encontró un frasco de colonia ofrecido por la Junta Directiva de la Asociación. Y, por último, a través de unas gestiones realizadas por la dirección del Hogar, una prestigiosa Fundación que prefiere guardar el anonimato regaló otro fantástico frasco de colonia para cada chico. Como podemos ver, la sombra de los Reyes Magos es afortunadamente tan alargada como grande es el corazón de todas las personas que nos han traído, por encima de los regalos, amistad, compañía, solidaridad y cariño. Gracias a todos.
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